TOMODACHI: El Karate y los Valores Humanos
Al Karate y las Artes Marciales se les puede considerar como disciplinas formativas
y una inagotable fuente de valores; pero
antes es importante analizar que son valores
humanos, pues, son particularidades morales que toda persona debe tener,
tales como la dignidad, virtud, humildad, libertad, paz, responsabilidad,
solidaridad, piedad, honradez, respeto; así como todo lo concerniente a la
naturaleza humana, los valores son un conjunto de normas que la sociedad
dispone para el hombre en los vínculos sociales.
Un
requerimiento importante en la enseñanza y práctica del Karate Do, tiene como condición
imprescindible,
por parte de los maestros (sensei) y practicantes, es el respeto por la valiosa tradición cultural
oriental, la formación de valores, desde el inicio del proceso “Enseñanza-Aprendizaje" y el
aporte de los practicantes a la sociedad, con sentido de responsabilidad individual y colectiva. Son contrarios al
desarrollo positivo del Karate Do, los individuos inescrupulosos, ansiosos de
poder y de utilizar ciertos recursos, que les permitan dirigir, dominar o
influir y que les satisface predominar, convencer, exigir o castigar, a otras
personas con el fin de que la actitud de éstas sea lo más conveniente a sus
objetivos, intereses o propósitos.
La parte más importante del Karate Do y las Artes Marciales,
lo constituye la unidad inquebrantable de lo físico y lo psíquico
(cuerpo-mente). Si los movimientos han de ser dirigidos por la conciencia;
entonces cabe considerar: La conciencia del hombre dirigirá su conducta. ¡Esta es la fórmula para la formación de
valores!
El Karate marcial
y deportivo es el procedimiento natural para que los practicantes logren una
aptitud física adecuada, contribuye al desarrollo físico, emocional e
intelectual, proporciona experiencias acerca de su capacidad, habilidad, buena
salud, así como el auto-control, es un estímulo positivo para su conducta social,
eleva la autoestima, la confianza y seguridad personal.
En la práctica marcial, la educación de
valores (Budo, tradición, formalidad, educación, libertad, etc.) se debe fomentar a los niños, jóvenes, adultos, a
los padres de los practicantes/competidores, y reiterarles a algunos Sensei (Instructores)
y Sempai (Auxiliares), muchos de los cuales han perdido estas
virtudes.
Los
practicantes marciales deben de tener un sentido de humildad, lealtad, honor,
gratitud, valor, amistad y respeto entre muchas otras bondades; para que su
forma de vida sea un buen ejemplo para sus alumnos. El
entrenamiento marcial debe de traer a nuestra vida; tranquilidad, salud, dicha,
alegría, fortaleza, espiritualidad, amor, comprensión, lealtad, valor,
sinceridad, sencillez y humildad en todos nuestros actos
La mejor complacencia para quien enseña Karate Do es
que sus discípulos lo admiren como un Sensei (“El que va delante de nosotros-el
que nos guía”) más que un simple entrenador que les haga ganar trofeos y
medallas, el Karate Do es un conjunto global donde el ámbito deportivo sólo es una pequeña fracción, hace algún
tiempo el ritual en la práctica era solemne y la disciplina se imponía con
intensidad hasta sellar nuestro espíritu, cosa muy compleja de encontrar ahora
a pesar del empeño de muchos que buscan hacer del Karate Do la disciplina que
dirija sus vidas, la fachada superficial, el afán de ser el primero o el más
admirado, hace a muchos olvidar uno de los valores más trascendentales: la
humildad, un antiguo dicho del Karate Do dice:
“El Karateka debe ser como la espiga de trigo, que cuando
más fecunda y desarrollada es, más inclina su cabeza”.