El Karate y los Valores Humanos
Profesor: Alberto Yuri
Tapia J.
Al Karate y las Artes Marciales se les
puede considerar como disciplinas formativas y una inagotable fuente de valores; pero antes
es importante analizar que son valores
humanos, pues, son particularidades morales que toda persona debe tener,
tales como la dignidad, lealtad, virtud, humildad, libertad, paz, responsabilidad,
solidaridad, honradez, respeto; así como todo lo concerniente a la naturaleza
humana, los valores son un conjunto de normas que la sociedad
dispone para el hombre en los vínculos sociales.
Un
requerimiento importante en la enseñanza y práctica del Karate Do, tiene como condición
imprescindible,
por parte de los maestros (Sensei) y practicantes, es el respeto por la valiosa tradición cultural
oriental, la formación de valores, desde el inicio del proceso “Enseñanza-Aprendizaje" y el
aporte de los practicantes a la sociedad, con sentido de responsabilidad individual y colectiva. Son contrarios al
desarrollo positivo del Karate Do, los individuos inescrupulosos, ansiosos de
poder y de utilizar ciertos recursos, que les permitan dirigir, dominar o
influir y que les satisface predominar, convencer, exigir o castigar, a otras
personas con el fin de que la actitud de éstas sea lo más conveniente a sus
objetivos, intereses o propósitos.
La parte más importante del Karate Do y las Artes Marciales, lo constituye la unidad inquebrantable de lo físico y lo psíquico (cuerpo-mente). Si los movimientos han de ser dirigidos por la conciencia; entonces cabe considerar: La conciencia del hombre dirigirá su conducta. ¡Esta es la fórmula para la formación de valores!
El Karate marcial y deportivo es
el procedimiento natural para que los practicantes logren una aptitud física
adecuada, contribuye al desarrollo físico, emocional e intelectual, proporciona
experiencias acerca de su capacidad, habilidad, buena salud, así como el autocontrol, es un estímulo positivo para su conducta social, eleva la
autoestima, la confianza y seguridad personal. En la práctica marcial-deportiva, la educación de valores (Budo, tradición,
formalidad, educación, libertad, etc.) se debe fomentar a los
niños, jóvenes, adultos, a los padres de los practicantes/competidores, y reiterarles
a algunos Sensei (Instructores) y Sempai (Auxiliares), muchos
de los cuales han perdido estas virtudes.
Los practicantes marciales deben
de tener un sentido de humildad, lealtad, honor, gratitud, valor, amistad y respeto
entre muchas otras bondades; para que su forma de vida sea un buen ejemplo para
sus alumnos. El entrenamiento marcial debe de traer
a nuestra vida; tranquilidad, salud,
alegría, fortaleza, espiritualidad,
amor, comprensión, lealtad, valor, sinceridad, sencillez y humildad en todos
nuestros actos.
La mejor
complacencia para quien enseña Karate Do es que sus discípulos lo admiren como
un Sensei (“El que va delante de nosotros-el que nos guía”) más que un simple
entrenador que les haga ganar trofeos y medallas, el Karate Do es un conjunto
global donde el ámbito deportivo sólo es
una pequeña fracción, hace algún tiempo el ritual en la práctica era solemne y
la disciplina se imponía con intensidad hasta sellar nuestro espíritu, cosa muy
compleja de encontrar ahora a pesar del empeño de muchos que buscan hacer del
Karate Do la disciplina que dirija sus vidas, la fachada superficial, el afán
de ser el primero o el más admirado, hace a muchos olvidar uno de los valores
más trascendentales: la humildad, un antiguo dicho del Karate Do dice:
“El Karateka debe ser como la espiga de trigo, que cuando
más fecunda y desarrollada es, más inclina su cabeza”.